Webinar Pyrolife (2). Míriam Arenas: «Complejizando el análisis social en la gestión de riesgos»
PyroLife es un Proyecto Europeo Horizon 2020 en el que actualmente está participando CareNet con la implicación de la profesora Míriam Arenas y la investigadora predoctoral Isabeau Ottolini. En esta miniserie compartimos la traducción de los blogposts escritos por Isabeau Ottolini sobre el Pyrolife International Symposium 2020.
Este post es una traducción del original aquí, escrito por Isabeau Ottolini y Kathleen Uyttewaal para el PyroLife Blog sobre la intervención realizada por Míriam Arenas el 22 de julio de 2020 en el marco del Pyrolife International Symposium
El pasado 22 de julio, Míriam Arenas Conejo participó en el PyroLife International Symposium: Towards an Integrated Fire Management. En este compartió diversas reflexiones sobre la importancia de considerar e investigar las dimensiones sociales, tanto en los incendios forestales (en los que se enfoca PyroLife), como otros eventos típicamente denominados «desastres naturales».
Al aplicar el análisis social en el ámbito de riesgos tales como los incendios forestales, Arenas nos anima a:
- Considerar cómo las vulnerabilidades sociales están íntimamente relacionadas con los desastres.
- Reflexionar sobre qué podemos aprender de los grupos sociales que son excluidos habitualmente de los diálogos sobre desastres, como los niños, niñas y jóvenes.
- Reconocer las complejas y dinámicas realidades sociales.
- Llegar a las causas de fondo de la vulnerabilidad.
En primer lugar, hemos de cambiar la forma en que hablamos sobre los desastres. No hay desastres ‘naturales’. Más bien, los desastres están sujetos a complejas dinámicas sociales que influyen en su origen e impacto. Ahora bien, observar la compleja y dinámica realidad social puede compararse con mirar a través de un caleidoscopio: existen muchas relaciones sociales hechas de patrones y colores distintos, y un simple movimiento puede cambiarlo todo. Además, muchos aspectos afectan a estas relaciones: la historia, la política, la economía, la geografía y los grandes cambios globales como la COVID-19 y el cambio climático.
Reconociendo el papel clave de las dimensiones sociales en los desastres, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres señala la necesidad de impulsar investigaciones, políticas y acciones que sean inclusivas, accesibles y comprometidas con las personas más vulnerables a los efectos de los desastres. Basado en esto, el Proyecto CUIDAR – en el cual participaron varios miembros de CareNet – se centró en identificar las voces y experiencias de niños, niñas y jóvenes en relación a la reducción del riesgo de desastres. El proyecto consistía en tres fases: 1) Un análisis de experiencias e investigaciones sobre la participación de la infancia y la juventud en la reducción del riesgo de desastres 2) Un amplio procesos participativo en los diferentes países participantes en el proyecto, y 3) Creación de un marco de gestión de desastres centrado en los niños (para más información, véase la página web del Proyecto CUIDAR).
Durante los procesos participativos, niños y jóvenes de Barcelona (en un barrio muy afectado por desahucios y medidas de austeridad, pero también con una larga historia de movimientos sociales) y en Gandesa (en una comunidad rural expuesta históricamente a múltiples riesgos), identificaron a los incendios forestales como uno de los riesgos locales sobre el que querían trabajar, e ilustraron algunas lecciones claves:
Así, en Barcelona, los niños inicialmente consideraban al bosque cercano como un entorno arriesgado y propenso a los incendios, pero gracias al aprendizaje mutuo con otros actores sociales, aprendieron más sobre sus recursos y beneficios. Estos niños también mostraron ser grandes conectores y movilizadores dentro de sus comunidades, por ejemplo, al proponer la organización de una fiesta comunitaria como estrategia para abordar el tema de los incencios forestales en la comunidad.
Por otro lado, en Gandesa resultó evidente que los incendios forestales suponen un problema cada vez mayor debido a factores como la despoblación rural. Aquí, el conocimiento intergeneracional y los recuerdos de desastres pasados, más allá de los relacionados con el fuego, estuvieron fuertemente presentes, por ejemplo: la presencia cercana tanto de una central nuclear como de un campo de batalla de la Guerra Civil. Esto apunta a la necesidad de considerar los múltiples riesgos a los cuales las comunidades están expuestas, en vez de enfocarnos en un solo riesgo a la vez (lo que es más habitual).
Además, las experiencias combinadas de Barcelona y Gandesa pusieron de relieve la necesidad de incluir la gestión emocional en la educación y la comunicación sobre los riesgos.
De experiencias como el Proyecto CUIDAR se puede aprender que trabajar con grupos en situación de vulnerabilidad significa no sólo poder ver la realidad desde diferentes puntos de vista, sino también identificar las lagunas existentes, cuestionar y replantear la investigación para ser más inclusiva, y co-crear soluciones innovadoras a través del aprendizaje mutuo.
Además, trabajar con comunidades en situaciones de vulnerabilidad es una cuestión de justicia social y derechos humanos. En nuestros trabajos de investigación, Míriam Arenas nos motiva a introducir en nuestras labores perspectivas interseccionales para comprender mejor el paisaje social que nos rodea y las dinámicas que llevan a determinados colectivos a situaciones de vulnerabilidad (como se describe en este artículo: The unequal vulnerability of communities of color to wildfire). Tomar conciencia de nuestros propios privilegios (relacionados con aspectos de género, etnia, clase, discapacidad, orientación sexual, edad, etc) nos permite comprender las relaciones desiguales de poder y desde allí apoyar y facilitar la agencia de todos.
Ahora bien, ¿Cómo empezar a trabajar sobre las causas de fondo de la vulnerabilidad? Aquí cuatro consejos:
- Escuchar y aprender de las comunidades con las que trabajamos (véase, por ejemplo, esta reflexión sobre los Vulnerability bearers, de Lori Peak);
- Trabajar para centrar las narraciones de los más vulnerables y situar la investigación para que se ajuste mejor a sus necesidades (por ejemplo, este artículo: Get prepared: Discourse for the privileged?);
- Prestar atención a lo que está sucediendo ahora con las personas ya en situación de vulnerabilidad, para prevenir y protegerles antes del desastre (un artículo de interés es Planning for an Influenza Pandemic Social Justice and Disadvantaged Groups);
- Y reflexionar sobre nuestra agenda política personal e institucional (un manifiesto pertinente es el siguiente: Power, Prestige & Forgotten Values: A Disaster Studies Manifesto).
Arenas terminó su presentación con esta frase que da mucho por pensar: “En lugar de felicitar a las personas por ser ‘resilientes’, hay que cambiar los sistemas que las hacen vulnerables” (Muna Abdi)